Una fábrica de productos lácteos de última generación
El cliente quería realizar la inversión ya que disponía de una fábrica antigua con baja capacidad y equipos desgastados. Había recibido muchos pedidos nuevos y por eso quería aumentar los volúmenes para poder satisfacer la alta demanda. Además, también necesitaba aumentar la velocidad y el nivel de automatización, y al mismo tiempo reducir los costes de producción. Todo sería nuevo: las instalaciones, los equipos de procesamiento y las máquinas.
La comunicación fue la clave
En este proyecto en el que se iban a cambiar muchos parámetros al mismo tiempo y que involucraba a muchos proveedores, tener una comunicación excelente se convirtió en un factor esencial para el éxito. Las conversaciones cubrían todos los temas, desde el aumento de los volúmenes hasta cómo se iban a construir las instalaciones, cómo optimizar el flujo de producción, las restricciones de presupuesto o cuántos operarios se podían permitir.
De 40 a 140
La solución de FlexLink cumplió los estrictos requisitos de higiene, parte de los cuales consistía en instalar transportadores en una zona nueva, específicamente para la manipulación de queso abierto y sin envolver. La capacidad de 35 a 40 piezas de queso de la fábrica antigua aumentó a 140 piezas por minuto. Además, al lograr satisfacer las necesidades exclusivas de este cliente, FlexLink consiguió desarrollar un método innovador para colocar el queso en bandejas mediante robots.
Los frutos de una buena inversión
Con la inversión se consiguió una mayor calidad de los productos gracias a unas posibilidades de higiene y limpieza excelentes, así como un mejor entorno de trabajo y un aumento significativo de la capacidad. La inversión del cliente ha mejorado sus posibilidades de futuro y le permitirá continuar siendo un productor lácteo fiable durante muchos años más.